martes, noviembre 20, 2007

Olvidar



Quiero olvidar y no puedo

Esta frase es común escucharla en personas que han tenido, algún acontecimiento doloroso: pérdida de seres queridos, de una relación, un trabajo o cualquier otra pérdida significativa.

Esta expresión pudiera parecer buena, es muy lógica para querer olvidar la causa de ese dolor emocional. Para la mayoría de las personas, esto es normal; y eso es precisamente lo anormal de la expresión.

Las personas olvidan cuando está enfermo su cerebro o carecen de las sustancias necesarias para su funcionamiento.

El ser humano olvida lo que no fue capaz de dejar huella para ser recordado. No recordamos los hechos a los que no les prestamos atención, pues no eran de interés y por tanto, los estímulos no dejaron huella alguna.

Cuando un hecho, es lo suficientemente significativo, no se puede ni se podrá olvidar nunca. No se puede olvidar el fallecimiento de un ser querido, aunque se sonría, ría a carcajadas o se hagan bromas hoy, que ha transcurrido algún tiempo de ese suceso doloroso.

La única forma que existe de no recordar, es que nunca hubiera sucedido en nuestras vidas. Por lo tanto, la táctica no es querer olvidar lo sucedido sino recordarlo de otro modo; No recordando los sufrimientos de mi hijo, en mi caso, antes de fallecer, sino sus cualidades, su carácter, su forma de ser conmigo, los años pasados juntos.

¿Para qué me sirve recordar con tristeza al hijo que perdí y no recordar haberlo tenido? Por eso no quiero olvidar, lo que es inolvidable; Sino recordarlo de una manera diferente, con toda la luz que me dió, y todas las enseñanzas que me dejó.